FRANCÉS
Orígenes
El territorio de lo que hoy es Francia empezó a ser poblado alrededor
del Siglo VII a. C.. Hacia el suroeste, los aquitanos hablaban una lengua
precursora del vasco, pero desconocían la escritura. En la zona de Marsella los
habitantes de las colonias griegas hablaban y escribían en este idioma, pero no
lo difundieron.
Todos esos idiomas y otros hablados fueron desapareciendo con la colonización
romana y la implantación del latín. Con
el declive del Imperio romano, una serie de pueblos de origen germánico
llegaron a la Galia romana. Entre ellos, dos se establecieron de modo más
consolidado: los francos en el norte y los visigodos en el sur, con el río Loira
como frontera. A pesar de que ambos pueblos hablaban sus propias
lenguas, pronto adoptaron el latín hablado por la población.
Durante mucho tiempo, el idioma hablado en el norte de Francia
es un latín más o menos evolucionado,
con grandes influencias, fundamentalmente fonéticas del idioma germánico
hablado por los francos. Al sur poco a
poco se van diferenciando dos lenguas con una frontera que en principio se
marcará en el Loira, aunque a lo largo de la historia irá desplazándose cada
vez más hacia el sur, debido al empuje político de una Francia cuyo centro
político estaba en París, ya que a partir de la Revolución francesa la lengua
francesa pasó a ser un elemento identificador e igualador de todos los
franceses. La langue d'oïl (oïl ha evolucionado en oui) se hablaba en la zona
norte y el langue d'oc en el sur. La línea de separación iba del Macizo Central
a la desembocadura del Loira en Nantes.
No resulta sencillo establecer el momento en el que el latín
vulgar se transforma en francés, pero
ese momento hay que situarlo entre los siglos VI y IX. A partir del siglo VII
ya se cuenta con testimonios de que la lengua hablada en el territorio de la
actual Francia es diferente del latín y del germánico. El documento fundamental
es el de los Juramentos de Estrasburgo, que se considera el texto más antiguo
escrito en protoromance. En Francia, los dos grandes dialectos romances antes
mencionados pasarán a ser conocidos con los nombres de langue d'oc y langue
d'oïl. El francés actual es heredero de este
último.
Poco tiempo después empieza a
aparecer una literatura escrita en este nuevo idioma, que con la aparición de
los primeros textos literarios, entre los que destaca el Cantar de Roldán, el
idioma romance fue consolidándose y diferenciándose cada vez más del latín.
Poco a poco se transformó de idioma declinado en idioma analítico, en el
cual el uso de preposiciones y el orden de las palabras en la oración
reemplazan al sistema de casos.
Lo que se conoce como francés antiguo se fue consolidando a
partir del siglo XI, y aunque hoy se estudie todo lo que se hablaba al norte
del Loira como si se tratara de una sola lengua, en realidad se trataba de
dialectos con elementos comunes.
La influencia germánica en el idioma obligó a usar en el
lenguaje escrito algunos dígrafos para reproducir algunos de los sonidos que se
utilizaban pero que no habían existido en latín vulgar. Así, la nasalización,
uno de los elementos fonéticos más característicos de la influencia germánica
en el francés se va marcando en la escritura por el uso de la n en posición
final de sílaba. La evolución fonética de la u latina hacia el sonido que
actualmente tiene en francés obligó asimismo a utilizar el dígrafo ou para
reproducir el sonido original de dicha letra en latín.
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